Hijo de un revolucionario que compartió celda con el hermano de Lenin y luego se transformó en un ascético pacifista tolstoiano, a Daniil Jarms (1905-1942) de joven le gustaba memorizar poemas de sus contemporáneos, el simbolista Alexander Block y el visionario zaum Velimir Khlebnikov, y abrazó el futurismo ruso con su carga de milenarismo y misión utópica.
Detrás de todo gran personaje hay un gran autor y detrás de Peter Pan está J.M. Barrie. De apenas un metro y medio de estatura; perseguido por el fantasma de su hermano muerto con el que su madre lo confundió durante la infancia; autor de obras de teatro, novelas y piezas periodísticas en las que la niñez es un paraíso y la adultez un infierno al que no habría que viajar; cuando Barrie conoció a los hermanos Llewelyn Davies su vida cambió para siempre: se inspiró en ellos, les inventó incesantes aventuras con tal de estar juntos, llegó a fraguar el testamento de la señora Davies para poder adoptarlos, y cuando finalmente la guerra y la muerte se los arrancó, el hombre que no quería crecer envejeció de golpe y se suicidó bajo las ruedas de un subte.
La Tercera Editorial ha publicado recientemente una reedición del libro más emblemático de Spencer Holst, El idioma de los gatos, una colección de relatos/poemas que, debido a su primera edición por De la Flor en 1972, adquirió un estatus de “libro de culto”, una obra innovadora y fresca que circuló por décadas sin el reconocimiento del gran público pero que gozó de un altísimo prestigio entre escritores y críticos.
«Estas historias fueron escritas interpretando la máquina de escribir…, su autor es un mago…, lo que eso significa es que puedes leer una historia…, puedes aprenderla de memoria, puedes haber visto cómo la escribía…, y aún así no poder descubrir cómo lo hizo…, y la máquina que él usa es una máquina de escribir común y corriente». John Cage.
“En la geografía de la literatura siempre sentí que mi obra se encontraba equidistante entre dos escritores, ambos nacidos en Ohio: Hart Craner y James Thurber. Pero mi esposa dice que no sea tonto, que mis historias están a mitad de camino entre Hans Christian Andersen y Franz Kafka”. Esta cita de las palabras de Holst, extraída del prólogo de Santiago Featherson a su traducción, ubica de manera bastante eficaz algunas de las características de este volumen de relatos cortos.
¿Es acaso Spencer Holst uno de los secretos mejor guardados de la literatura norteamericana? Sí. El idioma de los gatos, editado por la tercera editora, es la gran prueba. Publicado en Estados Unidos en 1971, con la contracultura a flor de piel, Holst construye sus relatos como si fueran fábulas. Son ácidos e irónicos.
La publicación de la novela corta Miss Lonelyhearts del autor estadounidense Nathanael West (1903-1940) es un gran rescate de una recordada obra de la década del 30 que no perdió frescura.
“Me sentiría mucho mejor si pudiera creer en algo de lo que he escrito aquí. Pero juro que no puedo confiar en una sola palabra. Es decir, lo creo en cierta medida, pero al mismo tiempo siento que estoy mintiendo como un hijo de perra”, confiesa el antihéroe de “Memorias del subsuelo”. Y su confesión se proyecta en el anónimo redactor de correo sentimental apodado “Miss Lonelyhearts”, que da título a la novela de Nathanael West.
De Nathanael West sé solamente lo que cuenta Soledad Puértolas en el prólogo del libro: fue guionista del Hollywood de la época febril, escribió cuatro novelas (La vida fantástica de Balso Snell, Miss Lonelyhearts, Nada menos que un millón y La plaga de la langosta) y murió en un accidente de auto en 1940, a los 36 años. De sus cuatro novelas --y siempre según Puértolas-- Miss Lonelyhearts es la más lograda. No pude leer las otras como para hacer una comparación, pero no dudo en decir que ésta es, para mí, una novela tremenda y una de las mejores cosas que me ha tocado leer en la vida.
Por mucho tiempo, las obra de la escritora, bailarina y artista plástica vivió bajo la sombra de Scott Francis Fitzgerald, con quien tuvo un matrimonio tortuoso y al que acusó de plagio en más de una oportunidad. Hoy, su figura vuelve a resurgir con fuerza.
Primera edición argentina de Resérvame el vals, su única novela, de 1932. Fue escrita como remedio contra los altibajos de la esquizofrenia.
El siglo XX está lleno de “colaboradoras decisivas”, “musas inspiradoras” que a pesar de poseer una obra propia quedaron eclipsadas por las figuras de sus maridos/amantes, condenadas a un papel subalterno que es necesario revertir prestamente.
Otro evento, en el que en 2019 tuvieron una gran presencia los autores de editoriales independientes, fue la 11° edición del Festival Internacional de Literatura de Buenos Aires (FILBA). Autores locales y extranjeros, tanto editados por editoriales multinacionales y por independientes, se encontraron con público fervoroso en verdaderas maratones literarias que nada tienen que envidiarle a la serie on demand más maratónica.
Refaccionado y con la incorporación de una nueva serie de habitaciones, Guillermo Piro (Avellaneda, 1960) reabre las puertas de su hotel gracias a la intermediación de La Tercera Editora, que ha publicado una edición corregida y aumentada del Guillermo Hotel, inaugurado por primera vez en 2009.
Sus narraciones revelan las virtudes de Denton Welch, uno de los secretos mejor guardados de la literatura inglesa, con admiradores que van de Burroughs a Aira.
Selección de 10 libros entre toda la oferta literaria de 2020.
Sin necesidad de romantizar la mística presunta que envuelve a los que dejan cadáveres jóvenes y hermosos, puede argumentarse que una vida corta también es una vida entera. Más allá de los años que se tengan en el tanque, del propósito o el castigo de llegar a viejo, toda existencia cumple un ciclo cuyo dibujo final es necesariamente una incógnita.
Nos refiere Bioy Casares en su monumental Borges que, exactamente el sábado 3 de octubre de 1953, su amigo reconocía la llamativa “superstición de los alemanes por Goethe; de cómo se maravillan ante cualquier dicho de Goethe”.
En el breve prólogo a El Libro de los Amigos de Hugo von Hofmannsthal, Pablo Gianera, el agudo ensayista y traductor del volumen publicado por La Tercera Editora, arriesga como al pasar una serie de hipótesis atendibles en más de un sentido: “A diferencia de su rival Karl Kraus, Hofmannsthal no se resigna a la vanidad del pensamiento concluso que precipita en el aforismo. Suele ser asertivo, pero no pierde la humildad. Quienes pretendamos ahora reunir nuestras Aufzeichnungen, nuestras anotaciones en libretas, deberíamos ser parejamente humildes y rendir homenaje a Hofmannsthal”.
Mucho antes de convertirse en un autor satírico, crítico del comunismo soviético, Mijaíl Bulgákov trabajó como medico. Apenas licenciado de la carrera fue destinado a un pequeño pueblo rural donde tuvo que ejercer su profesión librando a la vez una batalla contra su inexperiencia, la falta de personal y las bajas temperaturas. De este material parten los relatos parcialmente autobiográficos incluidos en Morfina que acaba de editar La Tercera.
Con la publicación de Morfina, de Mijaíl Bulgákov, La Tercera Editora recupera un texto emblemático de la literatura rusa que muestra la vida cotidiana en los primeros años de la URSS.
Una carta escrita por un colega médico presuntamente moribundo de provincias en medio de los sucesos revolucionarios de 1917 inicia los mecanismos literarios del brillante escritor ruso Mijaíl Bulgákov en Morfina, una obra temprana creada en base a las experiencias personales del autor de El Maestro y Margarita (1940) en los hospitales de provincias entre 1916 y 1918, años de Guerra Civil y Revolución, de transición de la Rusia Zarista a la Rusia Soviética.
De la terrible historia de Mijaíl Bulgákov como un escritor tenazmente perseguido por la censura bajo Stalin en la Unión Soviética, hay una parte quizás menos conocida: sus tempranos relatos que reflejaban su experiencia como un joven médico en la estepa rusa, incluyendo también su temprana adicción a la morfina adquirida en el frente de batalla de la Primera Guerra Mundial. El volumen Morfina rescata estos textos olvidados tras las desventuras del autor y las peripecias de El Maestro y Margarita.
El conductor de "Filmoteca" acaba de publicar una recopilación de textos sobre la infinidad de películas de Argentina y el mundo sobre las que ha caído la maldición de la censura, la befa de la crítica o el injusto olvido.
El coleccionista, quien acaba de publicar Cine maldito, devela su tarea como divulgador de filmes desconocidos y reitera la urgencia de una cinemateca nacional seria.
El investigador, divulgador y conductor celebra el relanzamiento de Filmoteca, programa de televisión dedicado al cine, por la TV Pública. Analiza el rol de la crítica y de los cineclubs, y lamenta la inexistencia de un archivo nacional de películas y cortos. Es parte del festival LGBTIQ+ Asterisco.
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